Historia del Telescopio
El inventor inglés Robert Gosseteste (1175 – 1263), tuvo la idea de que se pudieran acercar los objetos distantes mediante un cuerpo transparente y la plasmó en un tratado sobre el arco iris.
Su discípulo Rogelio Bacon, amplió la idea diciendo que podiamos dar a los cuerpos transparentes tal forma y ordenarlos de tal manera con respecto a nuestra vista y a los objetos, que los rayos se quiebren en la dirección que deseemos, y según el ángulo, de modo que veamos al objeto más próximo o mas distante.
"Así podríamos leer a una increíble distancia las más pequeñas letras o contar granos de polvo o de arena. Y también podríamos hacer descender ante nosotros al Sol, La Luna y las estrellas”, pero pasaron cuatro siglos antes de que tal instrumento fuera construido y dirigido hacia el cielo. Mas o menos lo que ellos inventaron fue la Lupa simple o los anteojos.
Las lentes deben el nombre a su semejanza, en cuanto a la forma, con las lentejas (en italiano, Lenticchie), y durante más de tres siglos se les conocería como lentejas de cristal. Todas las lentes de ese periodo eran del tipo convergente o convexas (Las lentes convexas son más gruesas por el centro que por el borde, y concentran, hacen converger, en un punto los rayos de luz que las atraviesan), los artesanos continuaron construyéndolas como remedio para la presbicia (defecto de la visión que se adquiere con la edad), y descubrieron que cuanto mayor se hacia la lente más acentuada debía ser la curvatura que había que dar a sus lentes.
Según los documentos que recogió el astrónomo Heinrich Wilheim Matthias Olbers (1758–1840), la primera vez que se combinó un vidrio cóncavo, con uno convexo, para aproximar los objetos fue en 1606, en la ciudad holandesa de Middelburgo, Hans Lipperhey, fabricante de anteojos, debió este descubrimiento a la casualidad. Estando jugando sus hijos en el taller, se les ocurrió mirar a través de dos lentes, uno convexo y el otro cóncavo, la veleta del campanario, que con gran admiración les pareció estar mucho más cerca. La sorpresa de los hijos llamó la atención de Lipperhey, que para hacer más cómoda la experiencia colocó primero los vidrios cada uno en una tabla, fijándolos después en los extremos con dos tubos de órgano que podían entrar uno dentro del otro. En 1608 intentó patentar un anteojo provisto de un par de lentes, una cóncava y otra convexa, al que denominó perspicillum: había nacido el primer telescopio astronómico refractor. (telescopio de Hans Lipperhey= primer telescopio).
Lipperheu No era muy instruido, pero a base de ensayos descubrió que con dos lentes, una convergente lejos del ojo y una divergente cerca de él, se veían más grandes los objetos lejanos. El intento de la patente no lo consiguió por considerarse que el invento ya era del dominio público, y por lo tanto no le fue otorgada. Esta negativa fue afortunada para la ciencia, pues así se difundió más fácilmente el descubrimiento. Como es de suponerse, Lippershey no logró comprender cómo funcionaba este instrumento, pues lo había inventado únicamente a base de ensayos experimentales sin ninguna base científica. El gobierno holandés regaló al rey de Francia dos telescopios de Lippershey. Estos instrumentos, mas parecidos a un catalejo, se hicieron tan populares que en abril de 1609 ya podían comprarse en las tiendas de los fabricantes de lentes de París.
Galileo Galilei se enteró de la invención de Lippershey en mayo de 1609, cuando tenía la edad de 45 años y era profesor de matemáticas en Padua, Italia. Estaba en Venecia cuando oyó de esta invención, así que inmediatamente regresó a Padua, y antes de 24 horas había construido su primer telescopio, con lentes que encontró disponibles. Este instrumento consistía simplemente en dos lentes simples, una plana convexa y una bicóncava, colocadas en los extremos de un tubo de plomo, el cual tenía una amplificación tan sólo de 3 aumentos.
Los resultados fueron tan alentadores para Galileo que inmediatamente se dio a la tarea de construir otro con una amplificación de ocho. El tercer telescopio que consiguió tenía 18 aumentos. A este tipo de telescopio se le llamó Telescopio de Galileo y llegó a conseguir uno de 30 aumentos.
El 8 de agosto de 1609 Galileo invitó al Senado veneciano a observar con su telescopio desde la torre de San Marcos y más tarde se lo regaló, con una carta en la que les explicaba su funcionamiento. Sus amigos en Venecia se quedaron maravillados, pues con el telescopio podían ver naves situadas tan lejos que transcurrían dos horas antes de que se pudieran ver a simple vista. Era evidente la utilidad de este instrumento en tiempos de guerra, pues así era más fácil descubrir posibles invasiones por mar. El Senado de Venecia, en agradecimiento, duplicó a Galileo el salario a 1.000 escudos al año y lo nombró profesor vitalicio de Padua, ciudad perteneciente a Venecia.
El telescopio de Galileo tenía algo bueno: producía imágenes sin invertir porque no tenía enfoque.para mas información :
http://www.astronomiaonline.com/2013/09/la-historia-del-telescopio/